¿QUÉ BENEFICIOS OBTIENES?
Es vital preñar a las vacas cuanto antes tras el parto, preservando siempre el periodo de involución uterina, para no alargar la curva de lactación, ya que la segunda mitad de la lactación es de rendimiento más bajo y, por tanto, la media de producción del rebaño desciende.
Al seleccionar animales genéticamente más productivos, la tasa de fertilidad se ve afectada descendiendo significativamente en las sucesivas lactaciones. Transferir un embrión producido in vitro, mejora la tasa de fertilidad obteniendo valores que pueden rondar el 40% anual.
La vida útil de una vaca se mide en cantidad de ciclos productivos lácteos (CPL) y cada uno de ellos depende del éxito de preñez del ciclo anterior. Se ha calculado que aumentar de 2,8 a 2,9 CPL puede representar hasta 800 kg de leche/vaca presente al año.
Los embriones se producen a partir de ovocitos recuperados de ovarios provenientes de animales sacrificados o por aspiración folicular en vacas vivas (Ovum Pick Up).
Los ovarios son transportados al laboratorio donde se procede a su lavado, acondicionamiento, punción de los folículos, para posteriormente seleccionar los ovocitos más viables y colocarlos en medios especiales de maduración. Posteriormente éstos serán fecundados con el semen elegido por el ganadero y cultivados en incubadoras a unas condiciones atmosféricas especiales durante 7-8 días.
Finalizado este periodo los embriones están en condiciones de ser transferidos en fresco inmediatamente a una vaca receptora elegida para este fin, crioconservados en tanques de nitrógeno líquido hasta su transferencia en el momento apropiado o destinados a la investigación.
Los embriones producidos pueden ser transferidos inmediatamente a las receptoras, congelados o destinados a la investigación. Los embriones producidos in vitro provienen de hembras de alto valor genético.